sábado, 25 de abril de 2015

Día 1

Un día despertó y por fin se encontró, encontró esos trocitos que fue perdiendo por el camino, trocitos de sí misma que, como las hojas de una margarita, algún niño rebelde había torturado. 
Abrió los ojos, subió el telón y gritó "acción", los días ya no pasaban como hojas de calendario, ahora había una especie de sentido en su vida. Ese sentido que se le encuentra a las cosas pequeñas, como el suspiro antes de un beso, el parpadeo antes de una mirada, un nudo de garganta mudo preparándose para cantar. Su vida no se tornó de color de rosa, simplemente oscureció, porque a ellos les gustaba la oscuridad, les gustaba la tranquilidad de la ignorancia, la calidez de las sombras bailando al son de las ideas.

Un día ella simplemente despertó y ahí estaba él, vestido para la ocasión, esas ocasiones donde lo único que hace falta es sentir la piel en los huesos, las caricias en la espalda, los besos en el cuello. Ahí estaba él, con su media sonrisa juntando mitades de naranja. Ahí estaba él, para demostrarle que los sueños se hacen realidad. 
Y poco a poco, las distancias en kilómetros se convertían en distancias en besos, esos que faltan, que se añoran aunque nunca se hayan tenido. Esa clase de besos que tu degustas, paladeas como un buen vino, esos besos que mantienes en la lengua para que el sabor te embriague para después solo poder decir "ambrosía". 

Y ahí estaba ella, con cara de idiota, dispuesta a todo, dispuesta a abrazar los momentos aunque no sucedieran, dispuesta a abrirse más de corazón que de piernas, más de mente que de lengua. Dispuesta a satisfacer los deseos de aquel que tanto se los provocaba, dispuesta no a morir por él, sino a vivir por y para él. 
Y ahí estaban ellos, mecanografiados en la mente del otro, llenando espacios vacíos, vaciando espacios demasiado llenos, completando la soledad mutua que tanto los acecha. Diciéndose te quiero muy flojito para no romper la fragilidad del momento, diciéndose cosas bonitas para romper las esperanzas de ausencia, diciéndose "te amo" para conciliar un sueño irrumpido por sueños.