jueves, 16 de junio de 2016

Galaxias

Cuando surge esa chispa que encandila,
echas de menos
pero no lo asimilas.
Verle y que tu deseo se desquite,
que te bese, que no explique.
Que soñéis y que explote,
que llegue al techo y rebote.
Que ría y casi pote,
que lo que sintáis sea solo el roce;
la mirada en el escote
que vuestras almas choquen.
Que el humo sea solo de trenes, de cigarros,
que sea las hondas de tu guijarro.

Que las ventanas se empañen
que folléis, que no te engañe.
Que las prisas te quitan el hambre
que las caricias no solo dan calambre.
Que su aliento te revoluciona, te excita
a pesar de no haber tenido citas.

Lo más jodido es la distancia,
follarse más carreteras que camas,
suspirar a solas,
vislumbrar entradas
sin salida ni escaptoria,
dar vueltas sobre una noria.
Ser su heroína y salvarle por un pico,
luchar en su almohada morir en su abismo.
Contar sus lunares como si fueran estrellas,
hilarlos, construir en sus ojos galaxias
crear planetas.
Amaneceres y auroras en su entrepierna,
todo empieza cuando calienta,
cuando tu mundo no para y solo da vueltas.
Cuando el infierno se convierte en cielo
y el cielo en sentencia.
Cuando lo que te pone cachonda 
se llama paciencia,
cuando el universo oscurece 
y en el límite de su piel perece.


sábado, 11 de junio de 2016

Sueños y mamadas.


La llamaba Insomnio, 
porque a él le gustaba dormirse en sus ojeras.
Columpiarse en sus vértebras,
soñarse entre sus rejas,
hechas de costilla y arena.

De finales va el asunto, 
de principio creyéndose astuto.
De sentimientos a pie de muro
de alientos bebidos cada segundo.
De Primaveras etílicas
que empiezan y nunca acaban,
de sueños construidos a base de mamadas. 
De caminos que bifurcan, que estampan,
de ilusiones empadadas,
de caminos de baldosas verdes, fumadas. 
De historias empezadas, 
que aburren,
que cansan.
De rutina clasificada, moralidad ordenada,
diversión apagada.
Y es que se terminaron los cuentos de hadas,
que se cuentan en la cama.
Ahora llegan los cuentos a medio plazo,
con perdices hipotecadas.

Insomnio la llamaba, recuerdos que nunca llegan
que siempre se apagan.
De cielos en escala de grises,
de miradas nubladas,
de mentiras dignas de actrices.
De polvos con sabor a hierro,
de besos con sabor a cenicero.
De párpados caídos y sonrisas en vuelo,
de pájaros en el coño y en la cabeza...hielo. 
De pasos en falso pero sin miedo,
de abismos caídos del cielo.
De sorpresas sin cumpleaños, 
de besos sin aniversarios,
de paciencia sin estragos,
de amor sin halagos.

De pegarse viajes sin moverse del sitio,
recorrer sus carreteras, arder en su camino.
De perseguir su viento y acabar en su boca,
lanzar los dados y ver qué nos toca.
 Si de tocar habláramos, 
tu polla gritaría con voz rota
que el amor llega
y nunca sabrás cuándo explotas,
cuándo te corres, 
cuándo llegó la derrota,
 cuando su reloj 
se folló a tu hora.