viernes, 3 de octubre de 2014

Poesía

Y la tinta se folló al papel y así nació Poesía.

Fuiste el rumor que se convirtió en tormenta, la lucha que acabó llorando en la acera.
Fuimos el titilar de una lágrima sorda, suicidándose en el filo de nuestros ojos.
Fui las notas de un piano mudo, de un sueño roto, de un suspiro aspirado, de un grito ahogado. 



Fuiste, fuimos, fui [...] la añoranza de un futuro a tu lado. 
Fuiste, fuimos, fui [...] la vida prematura de una caricia.
Fuiste, fuimos, fui [...] la esencia de un perfume en tus días.

La rapidez del comienzo, la agonía del final, de una partitura con notas mudas que lloran tinta sin parar. 
La rapidez de los sueños, que nunca miran atrás.
Esa soledad, esa que te atrapa y nunca te deja escapar. 
Esa soledad que la escuchas día y noche, minutos y segundos, un tic-tac.

Porque fuiste el presagio de un amanecer oscuro.
Porque fuimos el eco de agua sin río.
Porque fui, algún día.

Todo es confuso, incluso para Poesía, mucho más para Poesía. Niña inocente y eterna, musa de los mayores poetas, esos que la ponen tan cachonda como para que se corra. 
Pero Poesía murió, hace tiempo que el punto y final puso fin a su finalidad.
Ya no hay consuelo para Poesía, ni el hogar en un cálido corazón. Sólo le queda Soledad, besando cada rincón, tocando su dulce melodía sin acabar.

Porque  la tinta se folló al papel y así nació Poesía.






viernes, 8 de agosto de 2014

Ese maldito devenir.

Todo se volvió oscuro, casi gris;
Como una película en blanco y negro,
muchas miradas, poco diálogo.
Todo se volvió amargo, casi anís.

Los peores rompecabezas, no son de cabeza,
son de corazón, de alma, de sin razón.
Maldita locura la nuestra,
donde las lágrimas se abrazaron y perdieron toda certeza.




Como brújula desenamorada de su Norte;
Como una mar desengañada de su Horizonte.
Como la nota asustada de las canciones;
Como un muro cansado de lamentaciones.

Como bordes sin abismos,
como el ego [...] sin él mismo.
Como perro sin ciego, 
como tumba sin muerto.

Como esperanza sin miedo;
como amor sin sueños.
Como suspiro sin aliento,
como beso sin cuello.

Aquí estamos, deseando el mes de abril,
sosteniendo entre las manos una disculpa febril.
Matando la añoranza, antes de escupir,
mientras con las miradas tratamos de herir.


martes, 5 de agosto de 2014

Caminante no hay camino

Caminante no hay camino, se hizo camino al andar, 
donde no hay vuelta atrás, donde los sueños no pueden mirar, 
donde la esperanza no puede girar, donde el destino se hizo y nunca más se hará.

Caminante no hay camino, se destruyó sin más, 
escombros de almas cansadas de esperar, lágrimas amargas hechas de agua de mar.

Caminante no hay camino, surge tras pisar, 
mil huellas polvorientas y el valor de gritar, mil vientos sin veleta y un juglar sin nada que cantar.

Y seguimos sin poder hablar, las palabras entrecortadas se suicidan mirando más allá.
Ya no hay ciudades que conquistar, ya no hay mujeres a las que amar, ya no hay suspiros por los que llorar.


Alientos de fuego renacen, no hay nadie de nuestro lado...solamente la soledad, émpatica como nunca y con ganas de abrazar. Mentes febriles cansadas de vivir, sueños sonámbulos cansados de sufrir, de perseguir y nunca surgir.  


martes, 24 de junio de 2014

El armario


Encerrado en un armario me encontré, el espejo perdido de mi razón. 
La ignorancia pútrida de mi infancia, los reflejos en el agua estancados y mi añoranza encadenada a la nostalgia, de tiempos futuros a tu lado.



Después de tantos siglos sin poder ver la sombra de las nubes en la tierra, después de tantos segundos sin poder tener en mi boca, el sudor de tu lengua. 



Después de tantos espacios regalados al momento, después de tantas miradas entregadas al tiempo. 

Después de tantos susurros llenos de arrepentimiento, en la oscuridad del pasado, en la lobreguez de mis recuerdos.

Encerrada en un armario la encontré, la esencia perdida de mi ser. La felicidad del amor, y la ignorancia del querer, la tristeza de la pérdida y la esperanza del tener.




martes, 25 de febrero de 2014

Como...

Como el sonido hueco de un reloj sin cuerda, manco y sordo.
Como el batir de unas alas rotas, de una voz sin cuello.
Como el sentir sin tacto, el besar sin labios, el soñar sin sueños...

Como un país sin patria, una espada sin guerrero.
Como una vela sin luz, un corazón sin fuego.
Como una mirada sin alma, un corazón sin celo.

Como una rosa sin espinas, una vida sin dueño.
Como una lágrima sin agua, un perfume sin recuerdo.
Como un amor sin ganas, un escudo sin acero.

Como un azul sin cielo, una montaña sin viento.
Como un pájaro sin alas, una pasión sin tiempo.
Como una oscuridad sin negro, un espejo sin reflejo.

Como un esclavo sin cadenas, un minuto en silencio.
Como una muerte sin tormento, un volcán sin trueno.
Como un futuro sin miedo, un suspiro sin aliento.

Como una vida sin tí y llena de lamentos.