Caminante
no hay camino, se hizo camino al andar,
donde no hay vuelta atrás,
donde los sueños no pueden mirar,
donde la esperanza no puede girar,
donde el destino se hizo y nunca más se hará.
Caminante
no hay camino, se destruyó sin más,
escombros de almas cansadas de
esperar, lágrimas amargas hechas de agua de mar.
Caminante
no hay camino, surge tras pisar,
mil huellas polvorientas y el valor
de gritar, mil vientos sin veleta y un juglar sin nada que cantar.
Y
seguimos sin poder hablar, las palabras entrecortadas se suicidan
mirando más allá.
Ya no
hay ciudades que conquistar, ya no hay mujeres a las que amar, ya no
hay suspiros por los que llorar.
Alientos
de fuego renacen, no hay nadie de nuestro lado...solamente la
soledad, émpatica como nunca y con ganas de abrazar. Mentes febriles
cansadas de vivir, sueños sonámbulos cansados de sufrir, de
perseguir y nunca surgir.
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