Y cada día que pasaba era peor, los cigarros se hacían eternos, en una nube de humo y suspiros, en miradas no correspondidas por el miedo.
Y todo se hacía infinito, el amor, la pasión y los sentidos, fueron tejiendo recuerdos deslazados, besos partidos en cuatro, caricias susurradas al oído.
Y todo se hizo finito, el amor, la pasión y los sentidos, la música se hacía melancolía, las fotografías añoranza y en las conversaciones sobraban palabras.
Y las lágrimas rompieron cristales, las esperanzas rompieron ventanas, el ansia puertas blindadas.
Y el amor se convirtió en veneno, tomado en pequeñas dosis, muertes aseguradas...malditas palabras.
Y cada día todo les quedaba demasiado grande, sentimientos, espacios y distancias; terminaron por no querer ver nada, por no poder hacer nada.
Y el "ojalá" se transformó en sentencia asegurada, conceptos que demasiado abarcaban, mariposas desesperadas...por volar, evolucionar y amar.
Y la vida les enseñaba poco a poco, que los pasos dados pertenecen a los locos, que todo es posible si se viaja con el alma.
Y la vida les esperaba, en cada esquina que doblaban, en cada lamento, en cada sonrisa aceptada.
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