martes, 12 de marzo de 2013

Nocturno




La vida da tantas vueltas como un diente de león entre la brisa, como una brújula sin norte, como el parpadeo de un búho una medianoche. 
Sí, la vida es imprevisible, irónica, excitante, deprimente muchas veces, pero gracias a esto luego la felicidad sabe más dulce. 
La vida, cuando eres joven, es como un búho. Impasible ante las adversidades, sosegada pero con fuerza, con carácter en la mirada...pero también solitaria. 
Pero como los búhos hay que ser paciente, no dejar que nadie se interponga en tu camino, hacer lo que se debe de hacer.
Pero muchas veces ese búho se convierte en mariposa, revolotea de un lado a otro, sin saber hacia dónde ir, excepto cuando llega la primavera. 

Mientras tanto, aquí estoy. Mirando la vida pasar desde mi árbol, acompañada de mi soledad y mi carácter, impasible ante los sucesos cotidianos de la vida. Expectante por la próxima Luna, pero impaciente por la primera luz del nuevo mañana. 
Espero en esta travesía, poder divisar el faro de Alejandría, imperturbable en su inmensidad y grandeza.
Por muchas veces que lo piense, la vida no consiste en pensar, si no en actuar y seguir hacia delante, como si no existiera el futuro ni la muerte, sin mirar más allá, solamente fijando bien los pasos que vas a dar. 

Muchas veces pienso, que la libertad es la mayor expresión del alma...

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