Muchas veces creemos que una vida plena es estudiar, enamorarse, tener trabajo, hijos y sobrevivir. 
Mi visión de la vida es que hay que vivirla, con cada una de las letras, sin preocupaciones, sin obligaciones...solamente pensar en tí. La vida ya es demasiado complicada como para complicártela más, ya es demasiado aburrida como para que la hagas más, es demasiado lineal.
Hay que equivocarse de camino una y otra vez, hay que saborear cada beso, hay que disfrutar cada caricia y conocer a todas las personas y disfrutar de cada momento que pases junto a ellas. 
Nada de ataduras, nada de compromisos, nada de amor. No sirve para nada, solamente para atarte a un mismo lugar. El mundo es demasiado grande como para quedarte contemplando el mismo paisaje un día tras otro.

No me importa envejecer, porque mi espíritu siempre, siempre será joven, a pesar de las adversidades, de las complicaciones y de los obstáculos que me ponga la vida, siempre los superaré con honor y una sonrisa. 
No suelo pensar en el futuro, pero mi deseo más absoluto es que cuando vaya a morir y recuerde cada uno de los instantes de mi efímera vida, me salga una sonrisa y muera tranquila. Muera tranquila sabiendo que he disfrutado de esta existencia efímera, sabiendo que he probado todo lo que la vida me ha ofrecido y que le estaré eternamente agradecida, por cada una de las personas que me han hecho disfrutar de mi camino y por todos los recuerdos que perdurarán en mí...para todo la eternidad.